Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. (2ªCo. 10:3-5).
Anteriormente vimos cuales son las armas espirituales, que significa cada una de ellas y como aplicarlas a nuestras vidas, estas son la verdad y las motivaciones del corazón (ceñidos vuestros lomos con la verdad), el testimonio que nos muestra como somos y a nuestro Dios que avergüenza a quienes nos acusan injustamente (y vestidos con la coraza de justicia), la preparación y predicación del evangelio (calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz), la fe como emblema y protección (Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno), la esperanza de la salvación que mantiene nuestra mente en Cristo (tomad el yelmo de la salvación), el conocimiento de la palabra de Dios (la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios). Con la combinación de todo esto pasamos a un nivel superior, la misma presencia de Cristo, la palabra de Dios, manifestada en nuestras vidas.
Ahora veremos algunas funciones especificas de estas armas espirituales, no solo como las aplicamos a nuestra vida, sino como podemos usarlas contra los objetivos del enemigo.
La metáfora del soldado de Cristo la podemos encontrar en muchas de las cartas del apóstol Pablo, tal como vimos anteriormente describe el equipamiento de un soldado romano y lo explaya como las armas espirituales. Para una mejor explicación vamos a dividir el pasaje en cuatro partes.
En la primer parte hace una referencia a nuestra vida y a nuestro llamado, la expresión “Pues aunque andamos en la carne” nos hace referencia al mundo en donde vivimos, no que nos movemos según la carne o mejor dicho según los deseos de nuestra carne; podemos encontrar la expresión de Pablo a morir al viejo hombre. También vemos que dice: “no militamos según la carne”, podemos ver como el apóstol nos dice claramente que nuestro llamado a la milicia no corresponde a un gobierno, no corresponde a un grupo revolucionario, no corresponde a un partido político, nuestro llamado a la milicia no es según la carne, no es de este mundo, nuestro llamado a la milicia corresponde a un plano eterno, nuestro llamado a la milicia lo hace Jesús, nuestro Señor y Salvador.
Debemos vivir en este mundo y no escaparnos de él, evidentemente no se pueden esquivar las responsabilidades en el hogar, el trabajo y en la sociedad. En efecto, como cristianos, debemos estar muy conscientes de cumplirlas y no esquivarlas. Muchos han cometido el fatal error de pensar que como su llamado y su milicia no corresponden a este mundo, tampoco deberán involucrarse en él. Esto no es lo que la Biblia enseña, dado que dice que “todo lo que Dios creo es bueno y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias” y que Dios “nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1 Ti. 4:4; 6:17) Lo único que Dios nos impide es enredarnos en las cosas que este mundo presenta que no son de edificación espiritual y corrompen nuestras almas.
En la segunda parte podemos ver que reafirma sobre la naturaleza de nuestras armas, primero vemos que nuestro llamado y nuestra milicia corresponden a Dios, ahora podemos ver como hace énfasis en el origen de nuestras armas. También vemos la fuerza y uno de los posibles objetivos que podemos encontrar. Si hablamos de un FAL, el fusil reglamentario del Ejercito Argentino, podemos decir que su origen es FM (Fabricaciones Militares) que posee un calibre 7,62 con gran potencia de fuego y un alcance efectivo de 800mts. La diferencia más notable que hay entre este tipo de armas y las armas espirituales, es que en este caso son usadas a cargo del soldado y las armas espirituales son usadas solo en Dios; esto es que si no tienes el respaldo de Dios no son efectivas. El poder no es nuestro, sino de Dios.
Ya vimos su origen y de donde proviene su poder de fuego, ahora nos presenta un blanco, fortalezas. Estas fortalezas no son mas que los fundamentos en los que se apoyan todas las cosas que se oponen a Dios, el origen de estas fortalezas también son espirituales, dado que tanto como nuestras armas son espirituales, también sus objetivos son espirituales. Pero vemos que esto esta fuera de nosotros, así que toda fortaleza puesta por el enemigo es destruida. Estas fortalezas pueden ser los fundamentos de la prostitución, la drogadicción, las brujerías, el adulterio entre otros.
En la tercera parte vemos un tipo de fortaleza distinta a la anterior, dado que esta se encuentra dentro nuestro y esta formada por argumentos y altivez. En cierta forma a veces estas son las fortalezas más difíciles para cualquier cristiano, porque muchas veces estas muy vinculadas con nuestra personalidad.
Los argumentos: Estos pueden llegar a ser el peor enemigo de cualquier cristiano. Podemos ver en Génesis 3:4-5 como por causa de los argumentos entro el pecado en la humanidad. El argumento que la serpiente plantea era en cierta manera verdad, cuando le dice que “no moriréis”, que no era cierto que morirían, que el fruto no estaba envenenado, que coma tranquila; lo que dijo era cierto, pero lo que no dijo que la muerte era espiritual. También le dijo que serán como Dios, conociendo el bien y el mal, la tentó a ser como Dios ¡Pero era solo en el área del bien y del mal! Sus argumentos en medida eran ciertos, pero al no decir la verdad entera sus argumentos produjeron la muerte en la humanidad como paga por el pecado. Muchas veces estos argumentos se meten en nuestras mentes desviándonos sutilmente de la verdad. Tomamos partes de la verdad, pero al tomar parte de la verdad convertimos esa verdad en mentira. Para derribar esta fortaleza tenemos el conocimiento pleno de la palabra de Dios. Para llegar a este conocimiento pleno de Dios debemos de estudiar la palabra, orando siempre a Dios para que por medio de su Espíritu Santo nos de la revelación y la capacidad para comprender en esencia su significado. No se debe estudiar sin la guía del Espíritu, dado que intentaremos comprender por nuestros medios racionales, tampoco debemos pedir el conocimiento a Dios sin un mínimo esfuerzo del estudio de las escrituras. Dios no bendice vagos, Dios bendice a los esforzados.
La altivez: Dentro de esta fortaleza podemos encontrar algo directamente vinculado con nuestra personalidad, el orgullo. En cierta medida el orgullo es el peor enemigo que tiene cualquier cristiano, Dios resiste a los soberbios.
“Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido” (Is. 2:12)
“Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos” (Sal. 138:6)
“Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; Ciertamente no quedará impune” (Pr. 16:5)
“Altivez de ojos, y orgullo de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado” (Pr. 21:4)
Acá podemos ver algunos de los muchos versículos donde Dios habla directamente sobre los soberbios, orgullosos o altivos. Podemos notar sin mucho esfuerzo que es algo que le produce dolor de cabeza a Dios.
Las armas espirituales tienen este efecto interno, si realmente queremos agradar a Dios, y servirle de todo corazón, debemos de dejar el orgullo de lado. Pero esta no es una tarea fácil, lamentablemente el orgullo es como el mal aliento, todos se dan cuenta menos el que lo lleva. Entonces podemos llegar a pensar que para una persona es imposible poder eliminar el orgullo de su vida, dado que tiene que renunciar a algo que no sabe que tiene, pero podemos encontrar la clave de esto en la cuarta parte de este texto.
Los pensamiento: Podemos ver que dice que las armas espirituales llevan todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo. Ahora vemos con claridad como podemos solucionar el tema de la altivez o del orgullo. Los “argumentos” o “razonamientos humanos” son completamente “echados abajo”. Los “pensamientos” son entregados como cautivos en forma voluntaria y también prestan obediencia en forma voluntaria de fe a Cristo el Conquistador. Ahora con este nuevo conocimiento de las armas espirituales podemos ponernos en forma voluntaria bajo el cautiverio de Cristo (1ªCo. 7:22), podemos decir que somos esclavos de Cristo.
¿Pero que es esto de esclavo de Cristo? Ser esclavo de Cristo es un sometimiento pleno a su voluntad, no un sometimiento parcial, donde ponemos en evidencia ciertas actitudes como si estuvieran bajo su voluntad y dejamos el resto a nuestra voluntad. El esclavo se sometía bajo la voluntad de sus amos, pero encontramos que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Ro. 12:2).
Someter nuestros pensamientos a la obediencia de Cristo no es mas ni menos que dejar bajo su voluntad nuestras decisiones, nuestros sentimientos, nuestros anhelos. Si ponemos todo esto y mas bajo su voluntad de forma voluntaria, vamos a dejar que él trabaje sobre nuestro orgullo y el se encargue de eliminarlo, con nuestros propios medios nunca vamos a poder llegar a nada, solo se puede llegar a una victoria espiritual y personal por medio de las armas espirituales que Dios nos entrega gracias a la victoria de nuestro Señor Jesús en la cruz y las tenemos a nuestro alcance por medio de su Espíritu Santo.
Nunca somos nosotros; siempre fue, es y será Él por medio de su Espíritu Santo a través nuestro.
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