lunes, 25 de febrero de 2013

El obrar satánico:



Si  a analizáramos el obrar de Satanás a lo largo de la historia, encontraremos algo que resuena como un eco que proviene del propio huerto del Edén. La intención de Satanás fue siempre ser como Dios, ser semejante a Dios, ser un dios independiente de Dios (Isa. 14:13-14); esta intención ha intentado reproducirla en el ser humano, y lo ha logrado con mucho éxito. En primer lugar cuestiona la autoridad de Dios, en el Edén cuestionó cualquier autoridad  externa al hombre mismo ¿Con que Dios os ha dicho? (Gn. 3:1) Luego invito al hombre a seguir su propio camino, su propia línea de pensamiento; Sabe Dios, le recordó a Eva, que el día que comáis de él,  serán abiertos vuestros ojos,  y seréis como Dios,  sabiendo el bien y el mal (Gn. 3:5). Ahora ya no es mas Dios quien dice lo que esta bien o lo que esta mal, el hombre tiene la capacidad de decidir por si solo, ya no valen los valores de Dios, sino sus propios valores; ahora se atreve a utilizar su propia razón, tiene la libertad de pensar sin sanciones, sin directrices ajeas al hombre mismo, el hombre despierta de un sueño dogmático.
Estos tres pasos que nombramos del obras satánico es lo que uso el diablo a lo largo de la historia y debemos atribuirle su éxito a la eficacia de estos. Sabemos claramente que todo el mundo esta bajo su dominio (Luc. 4:6; 1Jn. 5:19 entre otros) así que él no utiliza estrategias para desviar al mundo de la verdad, dado que ya les pertenece y los tiene cegado para que no entiendan la verdad (2Co. 4:4). Por esa misma razón su principal artillería esta enfocada en aquellos que no les pertenece, los hijos de Dios. Primero hace que cuestiones la autoridad de Dios cuestionando lo que Dios mismo nos manda o revela; luego hace que tomes la iniciativa para que vos determines lo que realmente es valuable sobre tu vida y termina haciendo que cambies los principios y valores de Dios por tus propios principios y valores; después de seguir cuidadosamente estos pasos y dejar reposar la mezcla nos encontramos con un atractivo y repugnante evangelio paralelo. Atractivo porque es sumamente agradable, codiciable para nuestra carne y repugnante porque es todo en contra del Espíritu.
Como dijimos anteriormente, el mundo estero está bajo el maligno; están muertos en delitos y pecados y Satanás ejerce autoridad sobre ellos; por eso mismo la tarea de evangelismo es algo tan difícil como ir a un cementerio y resucitar muertos, va a ser totalmente inútil sino está la mano de Dios puesta. Debemos de evangelizar siempre, aunque no sea puntualmente nuestro ministerio, es simplemente porque es nuestra comisión (Mar. 16:15); Pablo entendía totalmente esto y lo vemos claramente cuando manda a Timoteo, que era pastor, a hacer obra de evangelista cumpliendo a la vez con su pastoreado (2Ti.  4:5).
Al mundo los tiene cegado a la Luz del evangelio, pero con los hijos de Dios ¿Cómo obra? Volvamos al texto de 1º de Juan: Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios,  no practica el pecado,  pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda,  y el maligno no le toca. Sabemos que somos de Dios,  y el mundo entero está bajo el maligno. Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido,  y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero;  y estamos en el verdadero,  en su Hijo Jesucristo.  Este es el verdadero Dios,  y la vida eterna. Hijitos,  guardaos de los ídolos.  Amén. (1Jn. 5:19-21). Podemos ver claramente tres cosas de este pasaje: La primera es que somos engendrados de Dios y Satanás no tiene autoridad sobre nuestras vidas, la segunda que el mundo esta bajo el dominio del Satanás, pero vemos algo mas, una advertencia muy clara y a veces ignorada, guardaos de los ídolos.
Un ejemplo claro de esto lo vemos en la clásica historia de escuela bíblica sobre el becerro de oro en Éxodo 32; resumiendo: Moisés tardaba en descender del monte y el pueblo le dijo a Aarón que hiciera dioses, él tomo los aros de oro de todo el pueblo he hizo un becerro de oro, lo puso por dios y dijo que hará fiesta a Jehová. Vemos claramente por que nos tenemos que cuidar de los ídolos, que no siempre son imágenes, mas bien son estructuras de pensamientos, doctrinas que nos alejan de Dios. Muchas veces vemos por tardanza el cumplimiento de la Palabra de Dios en nuestras vidas (Exo. 32:1), comenzamos a cuestionar si realmente estamos cumpliendo con el llamado o si Dios aún está con nosotros, tomamos los aros de oro de nuestras orejas (Exo. 32: 2), esto es comenzar a oír aquellas cosas que nos son placenteras a nosotros, aquellas cosas que nos gustan, Luego formamos nuestros propios becerros de oro, nuestras propias doctrinas, nuestras propias normas de vida; después viene lo mas abominable, le edificamos altares e intentamos dedicarlos a Dios (Exo. 32:5). Volvemos a ver  claramente los mismos tres pasos que usa Satanás siempre como estrategia. Cuestiona lo que es de Dios (su autoridad), sugiere alternativas (valores distintos a los valores de Dios pero valores agradables a nuestros oídos) y por último hace que cambiemos a Dios por nuestros propios ídolos (nuestros propios valores, nuestra propia filosofía de vida).


La estrategia satánica:

La estrategia satánica consta esencialmente de tres aspectos: Cuestionar la autoridad de Dios, sugerir alternativas a los principios de Dios y reemplazar los principios de Dios por nuestros propios principios, nuestra propia filosofía de vida. Lo vimos en el ejemplo de Adán y en el becerro de oro, pero a veces el satanismo puede ser mucho mas sutil de lo que imaginamos.
Si trazáramos en una hoja de papel un ángulo de 89º30” parecería casi de 90ª, a simple vista la desviación es casi inapreciable, es mas, casi no se podría medir con un simple transportador escolar, necesitaríamos elementos mas precisos de medición, pero si en un edificio tendríamos una desviación de 30” eso equivaldría a varios centímetros y si tomamos como referencia las coordenadas de las tierra 30” equivaldrías a kilómetros. El satanismos trata de producir pequeñas desviaciones en nuestra fe, en nuestra doctrina, para que a lo largo de mas camino recorrido sea mayor la desviación con el objetivo de Dios para nosotros. Debemos de saber que Dios tiene un propósito eterno, un único plan maestro elaborado bajo el designio de su perfecta y sabia voluntad; cualquier propósito que Satanás nos presente similar al perfecto propósito de Dios es un elaborado plan satánico con el objeto de desviarnos de la perfecta voluntad de Dios.
Podemos ver en la Palabra de Dios a través de la tentación de Jesús (Mateo 4 y paralelos) tres flancos, tres puertas, tres lugares distintos por los cuales Satanás intenta atacar para hacer valida su estrategia.

Cuando Jesús es llevado al desierto después de haber ayunado 40 días tuvo hambre, evidentemente la sensación de hambre no se había manifestado antes, pero cuando apareció el tentador vio una oportunidad para llevar a cabo su estrategia, no fue lento en aprovecharla, y habló a Jesús posiblemente en estos términos: Todavía te aferrás tú a esa vana confianza de que eres el Hijo de Dios. Tú naciste en un establo, ¡pero eres el Hijo de Dios! Fuiste llevado a Egipto por temor a la ira de Herodes, ¡pero eres Hijo de Dios! El techo de un carpintero fue tu hogar, sin embargo, ¡eres Hijo de Dios! Una voz del cielo, al parecer, te lo anunció, entonces tus días de oscuridad y pruebas deberían de terminar. ¿Por qué permanecer en este desierto listo para morirte de hambre por carecer de lo necesario para la vida? ¿Cuadra esto con “el Hijo de Dios? ¿Ante el mandato del “Hijo de Dios”, seguramente estas piedras se tornarán en panes, y en un instante ofrecerán una comida abundante?
Este es el primer flanco, las necesidades físicas; Satanás conoce bien que la debilidad de la mayoría de las personas viene por ese lado, su intención es que cuestiones la autoridad de Dios sobre la situación, que desconfíes de la providencia de Dios y que seamos nosotros quienes tomemos la iniciativa, que dejemos sus principios y que comencemos a confiar en nuestras propias capacidades. Te hará dudar de la fidelidad de Dios, te hará dudar de tu llamado, te hará dudar de tu eficacia en el ministerio, te hará ver todo lo malo e la situación que estas viviendo; su único objetivo es que desvíes tu mirada de Cristo por un instante para escuchar su sugerencia ¡él quiere solo que lo escuches por un momento! Pero, el final de esto, es que tomes cualquier sugerencia en vez de confiar, esperar, depositar tu fe en Aquel que pago con su vida por la tuya.

En la segunda tentación ya no están en el desierto, ahora están en el pináculo del templo. Satanás vuelve a apelar su relación con el Padre: “Si eres el Hijo de Dios”, Jesús paso la tentación de las necesidades físicas pero esta es distinta en forma pero igual en metodología; Satanás cuestiona nuevamente la autoridad de Dios, pero ahora usando la misma palabra de Dios. Debemos de recordar que él es un gran teólogo, conoce la Palabra de Dios mucho mejor que nosotros, pero si escuchamos la palabra salida de su boca es algo como un billete falso, igual en apariencia pero sin valor alguno. Algo muy similar ya vimos en el Edén, ¿Con que Dios os a dicho?; apela a la Palabra para distorsionar su significado, trata de tentarlo a probar la promesa de Dios, para ver si Dios sería fiel en protegerlo. Si alguien tiene derecho a esperar una intervención milagrosa de parte de Dios, sería su propio Hijo. La insinuación es que esta demostración de su confianza en Dios, por un lado, y la intervención milagrosa y espectacular de parte de Dios. Una táctica de Satanás es citar las Escrituras fuera de contexto, o quizá omitir una parte esencial del texto. Al citar el Salmo 91, omite las palabras para que te guarden en todos tus caminos. Esta porción del texto significa que Dios se hace responsable de protegernos de peligros cuando estamos en “todos los caminos” de obediencia, cumpliendo su voluntad, y cuando de repente surgen sorpresivamente peligros y amenazas. No es una garantía absoluta e incondicional de su protección cuando uno necia y deliberadamente se expone al peligro y muerte.
Pero acá vemos algo mas que la sola prueba de la fidelidad de Dios  su Palabra, sino que confiemos mas en la sugerencia que él nos hace referente a la Palabra que al significado de la misma Palabra. ¡Nuevamente quiere que lo escuche por un instante! ¡Él quiere desviar nuevamente el objetivo que Dios le marco para que siga su propio objetivo! ¡Él solo quiere nuevamente que lo escuchen por un instante!

Su objetivo es que no llegues al objetivo que Dios marca para tu vida,
 sino puede frenarte va a tratar de desviarte, sino puede desviarte va a tratar
de empujarte para que corras mas rápido de lo que estás preparado,
para que tropieces, caigas y no llegues al objetivo.

En la tercera y última tentación vemos algo distinto a las anteriores. Satanás ya no se muestra como alguien benévolo con algunas simples sugerencias, él muestra su verdadero rostro, el de aquel que quiere ser como Dios (Isa. 14:13-14). Por un instante de tiempo el puede imitar algo como la Gloria de Dios y le muestra todos los reinos de la tierra y su gloria. Seguramente sabe que Jesús vino a hacer de los reinos de este mundo el reino de su Padre (Ap. 11:15) y le hace una oferta que prácticamente es una ganga; con solo una simple adoración conseguiría lo que había venido a buscar, “todos los reinos de la tierra”; se evitaría la vergüenza pública, se evitaría la cruz, se evitaría la muerte. Esto era un atajo impresionante, pero no había ningún atajo en la voluntad del Padre (Jn. 5:30). Satanás había mostrado su verdadera intención pero también nuestro Señor dejó bien en claro a que había venido, Él resistió al enemigo y tuvo que huir (Stg. 4:7). Esta es la última y mas asquerosa estrategia de Satanás, ofrecerte las promesas de Dios a cambio se servirle a él. Jesús lo dejó bien claro: “El que no es conmigo,  contra mí es;  y el que conmigo no recoge,  desparrama.” (Mat. 12:30). Existe una sola forma de hacer las cosas, la forma de Dios.
Podemos llegar a pensar que el sueño de Dios para nosotros es un gran ministerio, pero esto es una idea equivocada; el sueño de Dios para nosotros es que le seamos obediente. Dios no necesita grandes ministerios, Dios necesita gente que le ame y le obedezca.
Esto me lleva a recordar una situación que paso hace algunos años en mi iglesia. Mi pastor, Javier Rodríguez, volvió al templo después de la reunión y en la última fila se encontraba un hombre vestido de negro que le dijo:  “Deja de enseñar guerra espiritual y te lleno la iglesia”. Él sabia quien era y lo reprendió en el nombre de nuestro Señor. Si mi pastor hubiese querido una iglesia llena de seguro habría aceptado. Personalmente pienso que un cierto grupo vive en evangelio de resultados y han caído en esta última tentación, miran mas los números que corazones postrados ante Dios. Una vez escuche:


“Quieres una iglesia llena predica lo que a la gente le gusta escuchar, toca la música que le gusta a ellos y habla como a ellos les gusta. Quieres una iglesia que ame a Dios de todo corazón, enseña la palabra de Dios, que la música solo sea para glorificar a Dios, habla y compórtate solo como Dios quiere que lo hagas.

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