Durante muchos años los caballeros fueron los
encargados de mantener el orden y la paz en los reinos. Pero no todos podían ser caballeros, para ello eran
necesario tener un titulo de nobleza. Otra características de ellos eran sus
imponentes armaduras, sus caballos, sus escudos y espadas y su inconfundible
emblema que mostraba su linaje y para que reino combatían.
Algunas de las características de los caballeros
eran:
·
Nunca podían perder su honor de caballeros.
·
Su fortaleza no venia de sus músculos, sino de su espíritu.
·
No soportaban la injusticia.
·
Nunca se daban por vencido.
· Su confianza en si mismo le permitía vencer a los mas grandes temores.
·
Nunca abandonan el campo de batalla, sino hasta ver a su enemigo
destruido.
Pero hoy estos valores ya casi son extintos, nadie
los recuerda, sino por las películas como Lancelot o El rey Arturo. Pero estos
aun existen, solo que ya no van en caballos y no usan pesadas armaduras, no se
dan a conocer en público, pero se los distingue por sus principios y valores.
No necesitan un titulo de nobleza, sino que han
adquirido uno mucho mas valioso, ya no son Lord, Conde, Sir o Duque, ahora el
titulo es “Hijos de Dios”. Su armadura imponente la cambiaron por la armadura
de Dios, su escudo es la fe y, su espada la palabra de Dios. Su bandera es la
del Señor y llevan la marca de Cristo en su vida como emblema de su linaje.
Algunas de su características son:
·
El honor de ser dignos Hijos de Dios vale mas que todo.
· Su fuerza no viene de sus músculos, sino del Espíritu Santo de Dios.
·
No soportan la injusticia.
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Nunca bajan los brazos.
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No tiene miedo a nada porque saben en quien confían.
·
Nunca abandonamos lo que les fue encomendado.
Verán injusticias, perversidades, la mano del
enemigo alcanzando a muchos, familias destruidas, hijos desamparados, muerte y
destrucción. Pero ni siquiera con eso se
darán por vencidos, porque son los únicos caballeros llamados a una
batalla ganada, la derrota no se encuentra en su vocabulario y el retroceder no
lo conocen. El arma mas poderosa de nuestro enemigo es nada en comparación de
las que les fueron entregadas.
Serán esposos y esposas, serán padres, serán abuelos, pero a pesar de eso
nunca dejarán de ser caballeros, guerreros en el frente de batalla, siempre
preparados para resistir cada intento del enemigo de atacar, siempre dispuestos
a ayudar a los débiles en la fe.
"Que las circunstancias nunca te hagan olvidar quien sos"